28.7.11

III


Saboreo caracoles de mármol oxidados,
el sol dora mis llagas mientras trato de ubicarme en este ir y venir de telas, zapatos y maletas.

El piso me refresca con un beso frío, duermo...
sonidos lejanos...toques.

De mi garganta, sólo aire,
los coleópteros secuestraron mi voz con la ayuda de los alados.
Ya no soy humano, no tengo palabra...
Sólo una posada de parásitos y vampiros,
una caverna inerte soy.
También albergo ecos de aleteos continuos.

Mi piel está enlentecida por la vida, sobrepoblándome,
antes me movía más rápido que el mundo, pero ya me cansé.
Soy parte de la naturaleza, el paisaje.

Observo al jinete, me mira...¿admiración tal vez?
está sobre...montado en magia.
Me muevo con el sol mientras se escabulle presuroso como las curvas y líneas de colores.

La sangre se me adormila,
cierro mis ojos y me vuelvo un punto...redondo y cómodo en silencio.

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