28.7.11

III


Saboreo caracoles de mármol oxidados,
el sol dora mis llagas mientras trato de ubicarme en este ir y venir de telas, zapatos y maletas.

El piso me refresca con un beso frío, duermo...
sonidos lejanos...toques.

De mi garganta, sólo aire,
los coleópteros secuestraron mi voz con la ayuda de los alados.
Ya no soy humano, no tengo palabra...
Sólo una posada de parásitos y vampiros,
una caverna inerte soy.
También albergo ecos de aleteos continuos.

Mi piel está enlentecida por la vida, sobrepoblándome,
antes me movía más rápido que el mundo, pero ya me cansé.
Soy parte de la naturaleza, el paisaje.

Observo al jinete, me mira...¿admiración tal vez?
está sobre...montado en magia.
Me muevo con el sol mientras se escabulle presuroso como las curvas y líneas de colores.

La sangre se me adormila,
cierro mis ojos y me vuelvo un punto...redondo y cómodo en silencio.

1.5.10

I


Sueño con un trendicornio de arcos elevados,
briznas de verde fluoxenado y esferas burbujeantes.


El sonido musita en su melena espigada, yaciendo,

lánguido en el sopor estrambótico que nos contempla expectante.

Un mundo de lechosas avenidas,
donde lo que nunca fue, será y es algo nunca visto y complejo de explicar.

No es de extrañar ver y ser aquel joven delirante,
que agenda estas incoherencias poco antes y después de despertar.

Adiós Trendicornio, difumínate en el reflejo de la sombra que amanece en las noches.

La creatura multiforme, etérea, mas no insípida,
se aleja con un andar vaporoso y centelleante.

Me aterro al descubrir que mi sueño se ha llevado la belleza, la armonía y parte de mi esencia.


Bendigo al ser entredientes,
me ha regalado una búsqueda.


Espero no olvidarla ahora que estamos en tu mundo gris, en que me lees y esclavizas al nombrarme.