Abandono

Caudalosos manantiales de plata
brotan de sus cuencas,
contrastando con el escarlata
que en su mirada proyecta.
Nada más que dolor y desconfianza.
el recuerdo de aquellos más cercanos,
que ganaron su lealtad y elevaron su esperanza,
con el tiempo se alejaron dejándolo triste y abandonado.

En aquel rincón está sentado,
envuelto solo entre las tinieblas.
Su corazón roto y apesadumbrado
y su alma ya devorada por las sombras siniestras.

Cada vez más cae al abismo
donde todo es la nada, no hay sueños ni triunfos,
tampoco dolor interno, ni odio a sí mismo
Sólo es presa del sueño absoluto
que suele acarrear la tristeza.
El alma grita, el cuerpo está indolente
no vale la pena, nada interesa
sólo espera ahí, en tinieblas, su muerte.